Por Javier Bustamante Enriquez Los seres humanos, como todos los entes vivos, no somos impermeables. Somos resonadores de aquello que nos rodea y, a su vez, ejercemos también influencia en nuestro entorno. Estamos íntimamente conectados formando unidad. De esto no siempre somos conscientes y nos conducimos como si fuéramos individualidades cerradas que se relacionan con mayor o menor profundidad, con el riesgo de acentuar esta característica hasta convertirla en individualismo. No obstante, el hecho de actuar…